miércoles, 10 de febrero de 2010

MUERTE EN EL RING

"A cocachos aprendí", literalmente.
Desde pequeño, recuerdo que me enseñaron "a la fuerza" algo que ahora, de la nada, llama mi atención. Nicomedes de Santa Cruz se llamaba y con dicha décima, que lo hizo memorable, recuerdo, me identifiqué. Sin embargo, por un tema de 'reputación' escolar (de ser el más chacotero y pendenciero del salón) nunca me digné a decir que esa décima tan inspirada era de mi gusto. Menos aún, me la aprendí a las buenas. Esto, a pesar de que me parecía extraordinaria su lírica, como diría un cantante de hip hop callejero en la actualidad. Ahora, muchos años después, he vuelto a encontrar la belleza de este arte de la décima. A mí me encanta el hip hop, ritmo de la calle. Siempre busqué una canción que hablara del boxeo, y aunque casi todos los cantantes de este género citan el tema, nunca escuché una canción que verdaderamente hable de lo que siente un boxeador, además de pegar y del sabor de la victoria. Esto, increíblemente, lo encontré en Nicomedes de Santa Cruz con una décima que me encantó. Aquí la dejo.

MUERTE EN EL RING

¿Qué hemos de hacer nosotros los negros
que no sabemos ni leer?
Fregar escupideras en los grandes hoteles
encerar y barrer
manejar ascensores
en el Gran Club servirles de beber
o hacer que el cadillac sea más lujoso
vistiendo la librea de chofer.
Tenemos la respuesta siempre lista:
en París “oui, monsieur”
y en Georgia, en Lousiana o en Virginia
un eterno “yes sir...”

Los negros, pobres negros de este mundo
¿qué cosa hemos de hacer
debiendo de comer todos los días
(y a veces sin comer)?
Bajar la testa reverente
y a lo mismo de ayer.

Hasta que llega un blanco y “nos descubre”
nos mete al ring
y aquí comienza para mal de males
el principio del fin

Footing, training, sombra;
saco, pera, soga;
upper cuta
hook
cross.
Duchazos, masajes,
fotos, reportajes.
¡Okey, boss...!

El cañaveral de mi lejana tierra
me dio estos fuertes bíceps.
Los buques cargueros de todos los muelles
me dieron envidiable complexión.
Y corriendo, voceando millones de diarios
fortalecí
muslo
pierna
y
pie.

Ahora, en el Madison Square Garden
de New York,
dice mi manager:
¡No whisky!
¡No tobacco!
¡No girls!
(No money)

Negros acomodadores
ubican a los blancos en ring side.
Perder esta pelea
significa volver con ellos:
Con Blackie de Maniatan.
Con Brown de Alabama
Con “Nando” Rodríguez de Puerto Rico
...y entonces
no whiksy
no tobacco
no girls
no money
and
¡knock-out!

My challenger
es negro, como yo
Si pierde le espera lo mismo
(Aquí los únicos que nunca pierden
son nuestros managers y el promotor).

Comienza el round, voy hacia el centro
—en este plan voy a perder—
este es el round numero trece
¡voy a demostrarle quién es quién!
Me está llevando hacia una esquina,
si caigo aquí me cuentan diez.
¡Virgen del Cobre estoy perdido!
No puedo ver
No... pue.. do... ver...

EPÍLOGO

La gente aplaude al que me mata
El referee no dice “break”.
Que mi mujer no sepa nada...
Mi nombre es BENNY “KID” PARET.




Así fue... como Griffitt mató a Pared por la estúpida negligencia del árbitro. Ocurrió un 3 de abril de 1962. Murió en el ring, ante un Madison Square Garde repleto de aficionados. Fue, sin duda, una noche negra para el boxeo. Aquí un artículo escrito por un periodista testigo del trágico hecho...

Noche fatal del cubano Benny Kid Paret

El Madison Square Gardens luce repleto y el humo del cigarrillo vuela felizmente por el aire como una gaviota libre, las gente murmuran cosas. Ante de la pelea los fanáticos se liaban a trompadas casi todos los días antes del combate. Los periódicos de entonces no hacían más que especular, en un viejo muro habían pegado unos carteles con letras rojas y azules que decía: Esta noche, Emile Griffith vs Benny “KId” Paret, el momento de la verdad, mis ojos no podían creer lo que veían era una noche llena de muchas expectativas.
La primera pelea que sostuvieron estos dos gladiadores el 1 d abril de 1961, fue una victoria para Griffith sobre Paret que lo había llevado al Título Mundial de los Welter. Esta era la tercera vez que se enfrentaban ambos boxeadores. El 1 de abril del 61, Griffith ganó por KO en el round 13 y el 30 de septiembre de ese mismo año Paret conquistó el título mundial gracias a una criticada decisión de los jueces.
Bernardo Paret Valdez nació el 4 de marzo de 1937 en Cuba, era católico, muy devoto, le gustaba coleccionar música latinoamericana. Era un individuo tímido y dulce que jamás tuvo problemas con nadie en la calle. Peleó por primera vez a los 17 años, gana el campeonato mundial de los welter el 27 de mayo de 1960 ante el norteamericano Don Jordan. Por su parte Emile Griffith nació en las Islas Vírgenes y se hizo cuidadano americano hacia 1965. Combatió en 85 como profesional ganó 72 y perdió 12, en total subió al ring en 22 ocasiones con el título mundial en juego.
Ya esta el anunciador listo para el comienzo del combate, Griffith era el niño mimado del Garden. En los primeros rounds Grifiith estuvo llevando la pelea con ataques insistentes, acosaba a Paret, en el sexto, sin embargo, el cubano, que sangraba por la nariz, con una herida en la ceja derecha y el pómulo izquierdo inflamado, logró descargar un terrible golpe de izquierda para enviar a Emile a la lona por ocho segundos. Paret siguió mandando en el séptimo.
Realmente en el round 12 los dos parecían cansados, forcejeaban, en ese round Paret lucía mal, retrocedió hasta las cuerdas y, dando traspiés, se enredó un brazo en una ellas mientras Griffith, en un segundo aire, como un tigre, se adelantó para castigar al cubano, con golpes diferentes a las dos manos. Paret ya tenía la cabeza fuera de las sogas, colgaba su brazo izquierdo de una de ellas y Griffith seguía pegando, y cada vez que le daba en la cabeza, Benny sufría un doble golpe por que la cabeza pegaba a su vez a la soga.
El referí Goldstein se interpuso entre los dos después de unos siete u ocho segundos que parecieron una eternidad. No tenía que suspender, sencillamente hubiera actuado como tercer hombre del ring para dejar que el campeón saliera del enredo con las sogas y, quizás….quizás…… Pero actuó demasiado tarde, y cuando lo hizo todavía Griffith quería seguir pegando, mientras, libre del monstruo, Paret caía al ring. Estaba gris, los ojos vidriosos, fuera de este mundo.
Una camilla, silencio sepulcral en el Garden, Paret inerte, Griffith en la esquina opuesta aún, era nuevamente Campeón Mundial. Más de media hora pasó hasta que una ambulancia lo condujo al Roosevelt Hospital.
Allí se le hicieron intervenciones en el cráneo para eliminar coágulos de sangre que se habían formado en su cabeza. Griffith dijo a los periodista que “estaba ciego”, no me daba cuenta de lo que hacía en el calor del combate. El 3 de abril de 1962, sin haber recuperado nunca su conocimiento, Bernardo Paret Valdéz, buen muchacho, nos dejó para irse al cielo, la autopsia dijo que una neumonía había terminado con su vida.

EDWIN KAKO VAZQUEZ
ESCRITOR E HISORIADOR DEPORTIVO

No hay comentarios: