martes, 19 de enero de 2010

EL DEBUT


Creo que no tengo palabras para describir lo que sentí. Esperé 31 años para este momento y sé que en mucho tiempo no sentiré lo mismo. Desde que empecé en este deporte quise saber que pasaría el día que te viera pateando y golpeando con tus manitos y tus péqueños pies. Jaja.. desde que tengo recuerdos y boxeo quise saber si podría con los sentimientos el día que te viera clazándote unos guantes, pues entendería que mi tiempo se acaba y el tuyo comienza. Aunque nada me aseguraba que te vería así, en el fondo de mi corazón yo sabía que ese era tu destino. Fue increíble. A tus tres años, formadito, recto y con mirada dura. Tenías miedo al comienzo, lo sé. Espero haberte ayudado a superar secando tus lágrimas y tratando de explicarte, como si fueras un adulto, que pase lo que pase, jamás te dejaré. Solo quería que entiendas que la vida es una pelea y que, aunque tengas miedo, tienes que seguir. Siempre estaré contigo, pero tu tienes que valerte solo. Yo únicamente puedo ver, desde las graderías, como tu resuelves las adversidades, como luchas con tus rivales que te pondrá la vida pero, sobre todo, contigo mismo y con el miedo que sientes. Quiero verte usando tus puños, tus piernas para bregar y luchar, pero recuerda, que lo más importante para un peleador no son sus músculos sino su cerebro. Tu cerebro debe ser guiado por tu buen corazón, el que trato de esculpir para regalártelo educándote. Sé que era tu primera vez en ese lugar y que pensabas que te iba a dejar.. entiendo, en tu mente de niño esa idea. Cuando tengas mi edad espero que recuerdes aun lo que te dije: que pase lo q pase, ganes o pierdas, llores o grites, o te cagues de miedo, yo siempre estaré orgulloso de ti si lo intentas. Hoy, a pesar de que te morías de miedo de que al voltear ya no esté, lo intentaste.. y sinceramente (espero que leas esto cuando seas adulto) tienes mucho talento. Por primera vez vi en tus ojos la mirada que tanto admiraba en esa historia que nos identificó: KOZURE OKAMI
La mirada desafiante y el espíritu guerrero de un niño, como Daigoro, el hijo del samurai que viaja entre la vida y la muerte. Si pues, hoy supe que 子連れ狼 親の心子の心 (Oya no kokoro ko no kokoro): "El corazón de un padre es igual al corazón de un hijo". Te amo Marco Fabrizio y estoy orgullos de ti. Fue increíble verte hoy en tu primera clase de Karate. Recordé cuando mi padre me llevó al Taekwondo por primera vez y cuando, años atrás, me enseñaba en casa, a tu misma edad (vagas imágenes). Te vi golpear con talento. No sé si lo heredaste de mí o de tu abuelo, pues yo sé que si él hubiera tenido la oportunidad que yo tuve, hubiera sido mucho mejor que yo... jaja. Lo que si sé, y muy bien, es que venciste tu miedo a tus 3 años. Ya eres un ganador. Te admiro mucho.. y sé que tienes el corazón de un guerrero.. un guerrero del cual, como siempre lo hago con rivales y compañeros, trataré de aprender. A tus tres años, haz entrado a la élite de la que muchos alardean pero pocos se atreven.. eres un hombre de combate. No sé si te quieras dedicar a esto o si cultives las artes marciales como afición. Igual, sé que tu espíritu es de combate y que mi tiempo se acaba.. pero el tuyo empieza. Te amo.

Ah.. y perdona. Kizás está mal escrito, no lo sé.. lo escribí en 5 minutos, de largo.. sin parar.

2 comentarios:

Lulú dijo...

No te preocupes mi amor. Él sabe que tiene al mejor papá del mundo. =). Lulú.

KOZURE OKAMI dijo...

Eres lo máximo chinita... x eso, soy tu samurai =)